Cuando comenzaba mi carrera profesional me preguntaba cómo superar el reto para convencer a las audiencias mediante un mensaje conciso, claro y consistente. En busca de lograr generar una identidad y una reputación positiva entre una empresa y sus audiencias.

Mi paso por las empresas en las que tuve la fortuna de trabajar siendo miembro de sus áreas de comunicación, investigación de merado y mercadotecnia, me permitieron aprender que la identidad de un negocio, empresa o corporación juega un rol fundamental para si misma.

Aprendí que el logotipo y nombre de una marca son el reflejo de la integración entre el conjunto de sus valores y principios y la forma en la que sus directivos y empleados se asocian con sus públicos meta. Como lo pueden ser con sus clientes o mercado, la comunidad, los líderes de opinión, los medios informativos, la competencia, e incluso con propios empleados y exempleados.

Varias veces experimenté que la identidad implica dos cosas: fundamentales, el cuidado que se le da a la empresa y la forma en que ésta logra influenciar de manera positiva a sus públicos meta.

Sí, la comunicación tiene que ver siempre con la manera en que influye en otros. Entendí claramente que bajo ese principio se puede formular realmente positivos mensajes de comunicación. Y que también cuidando la imagen de la empresa se define su identidad.

Por eso es fundamental que la empresa identifique correctamente a sus audiencias. Una vez que estas están identificadas, hay que entender a cuál o cuales de ellas se les debe dar prioridad. Es mediante la correcta llegada a éstas que se puede generar el impacto de una forma rápida y apropiada con el resto de las audiencias.

Sin embargo, eso no es suficiente, se requiere también lograr que los mensajes resuelvan de alguna forma los intereses o motivos internos de las audiencias; saber a través de qué medios llegar, cuándo y cómo llegar para influir en ellos.

Es la suma de los medios o canales, las frecuencias y los momentos específicos como se puede dejar una huella positiva en las audiencias.

Cómo entrelazarse con las audiencias

Crear un mensaje apropiado tiene que ver con dos situaciones. Una, con lo que la empresa quiere comunicar y cómo lo hace y la otra que tiene que ver con las características del mercado meta. La fuerza de venta, sus voceros, y quienes tienen trato con sus públicos meta deben tener muy claro qué deben comunicar, como darse a conocer y cómo se conducen.

Todo se centra en saber, desde el punto de vista de las audiencias, cómo conectar con el corazón, las emociones y el intelecto de ellas.

Lo mejor es ponerles un rostro a las audiencias. Saber qué piensan, qué necesitan, cómo se comportan, cómo se comunican, cuáles son sus creencias, sentimientos y emociones.

La comunicación es un proceso complejo

En la medida que más audiencias de una empresa existan más complicado se vuelve. La experiencia de sus variados públicos, en combinación con sus diversos mensajes influyen en cómo es percibida la empresa. Lo que es su imagen o su reputación.

La medida en que la selección de las características y atributos del mensaje respondan mejor a sus necesidades, se conseguirán las acciones que se pretenden.

Los mejores representantes

Así se pude conseguir que la relación entre la empresa y sus audiencias vaya siendo cada vez más cercana, al punto de convertir a su personal en “embajadores” de la marca de la empresa.

Comunicarse correctamente implica conocer y entender a quién se dirige y cómo son sus audiencias; cómo se comportan y cuáles son sus necesidades o intereses.

Hay que identificar cuáles datos y qué características o hechos pueden formular una comunicación coherente y responsable para afrontar los retos de impactar positivamente en las audiencias. Entender con toda profundidad qué audiencias son las prioritarias. Y así reducir la distancia entre la empresa y sus audiencias.

Ayuda mucho entender la distancia que hay entre lo que hoy exista entre la empresa y la forma en que influye a sus audiencias, contra la manera a la que se desea o necesita llegar.

En conclusión

Y aquí llego al punto central, de lo que un mensaje requiere transmitir. Una es definir los temas clave a comunicar, haciéndolo desde las necesidades e intereses de las audiencias. Y también definir las audiencias. Entender a quienes comunicar primero. Cuándo se deben dirigir los mensajes. Qué combinación de canales de llegada son los más apropiados de acuerdo a la forma de ser de las audiencias. Participarles al personal y sus familias los mensajes que se pretender dar a conocer al resto de sus audiencias, para impactar en los compartimientos y acciones que se pretenden.